• Inicio
  • Blog
  • Los niños y la sexualización en la industria de la moda: Protección de los derechos infantiles y necesidad de regulación
Los niños y la sexualización en la industria de la moda: Protección de los derechos infantiles y necesidad de regulación

Los niños y la sexualización en la industria de la moda: Protección de los derechos infantiles y necesidad de regulación

Por Milagros Rodriguez Alemparte

 

En el presente trabajo, abordaremos la temática actual de los niños influencers y su preocupante sexualización en el contexto de la industria de la moda. Analizaremos brevemente el impacto de esta situación en el bienestar emocional y el desarrollo psicológico de los niños, debido a su exposición temprana a una imagen corporal idealizada mientras se encuentran en plena etapa de desarrollo. Asimismo, examinaremos cómo la cosificación y la presión por la apariencia podrían tener efectos negativos en su autoestima e identidad a futuro.

Además, exploraremos el papel de los padres y tutores legales en relación a esta problemática, ya que son responsables de proteger los derechos de los niños. Es una realidad que estos niños se encuentran desamparados debido a la escasa regulación de las plataformas digitales donde están expuestos. Por ende, resulta importante examinar los marcos legales y regulaciones existentes (o la falta de ellos), especialmente en vista de la presencia de Estados negligentes que no regulan adecuadamente esta temática.

La vulnerabilidad de los niños en las redes sociales.

En una nota de Gaptai Cultura de Ciberseguridad (7 mayo 2019) definen a los influencers como “[…]personas que ejercen cierta influencia en su entorno a través de su actividad en redes sociales. Se suelen caracterizar por tener cientos o miles de seguidores y por utilizar su presencia en redes sociales para promocionar marcas y productos, para difundir mensajes, etc.”

Una vez definido el termino es importante cuestionarnos, nosotros como consumidores de estas redes sociales, si realmente los niños influencers son conscientes de la actividad que están realizando, como se están expandiendo en redes sociales, los contratos que firman para las marcas que publicitan y sobre todo si son realistas de que millones de personas alrededor de todo el mundo están consumiendo su contenido.

Últimamente, mientras navegaba por las redes sociales como TikTok, Instagram y YouTube, me encontré con muchísimos videos de niñas menores de 13 años que son reconocidas por su estilo, forma de vestir, modelaje y su "lifestyle". En las biografías de sus cuentas suelen mencionar que están administradas por sus madres, lo que me lleva a preguntarme dónde queda la libertad de estos niños para elegir qué compartir y con quién lo hacen. También me impactó la cantidad de seguidores que tienen y las edades de los mismos. En las publicaciones, hay comentarios de personas mayores de 18 años que celebran y alientan todo esto. Estos adultos son los verdaderos consumidores de lo que estos niños promocionan, ya que posteriormente compran los productos para ellos mismos, sus hijos, sobrinos, etc.

 Es una realidad que el dinero destinado a juguetes, ropa, bienes y servicios para los menores proviene de los bolsillos de los adultos y no de los propios niños. Entonces, ¿a quién está realmente dirigido este contenido que venden? También me planteo si los padres o tutores legales de estos menores lo hacen por su propio beneficio y si son conscientes de las consecuencias a largo plazo. ¿Están considerando el riesgo de la presencia de pedófilos en las redes sociales y cómo esto podría afectar a sus hijos? Esta serie de interrogantes plantea la necesidad de reflexionar sobre los aspectos éticos y la protección de los derechos de los niños en el contexto de los influencers infantiles.  

Desde mi punto de vista, es fundamental tomar medidas para abordar esta problemática. En primer lugar, dejar de consumir este tipo de contenido sería una solución, aunque reconozco que es poco probable que suceda debido a que los propios menores también consumen este contenido. Por lo tanto, el control parental se vuelve crucial para garantizar la seguridad y el bienestar de los niños en las plataformas en línea.

Es preocupante que en pleno siglo XXI, en una etapa de auge del feminismo, sigamos presenciando la cosificación de la mujer y la perpetuación de los estándares de belleza. Estas famosas niñas influencers que realizan videos, por ejemplo en TikTok, participando de los challenges de bailes, maquillándose y vistiéndose como adultas, promocionan productos que fomentan la continuidad de estos estándares. Es necesario tener en cuenta que los niños están expuestos en las redes sociales, siendo vulnerables a la opinión de los demás. Muchas veces, publican sin medir las consecuencias y se dejan influenciar por conductas de otros niños o incluso adultos, sin darse cuenta de que están vendiendo una vida de fantasía y trabajando en lugar de disfrutar plenamente su infancia. En mi opinión, trascendiendo las barreras de la religión o la mentalidad cerrada, debemos permitir que los niños sean libres, que elijan su forma de vestir, sus actividades y no presionarlos para que cumplan con estándares de belleza. No deberían estar trabajando ni promocionando productos, ni aparentando ser algo que no son, ya que están en pleno proceso de crecimiento y todavía no han desarrollado opiniones propias.

Según un artículo publicado en The Conversation el 19 de febrero de 2023, se llevó a cabo un estudio analizando los contenidos expuestos en TikTok y los discursos de menores sobre su comportamiento social y sexual en la plataforma. Mediante una escala de conductas sexualizantes, se realizó un análisis observacional de los vídeos publicados por los 12 tiktokers más seguidos en España, y se entrevistó a 12 menores de entre 8 y 17 años.

Los resultados mostraron que el entorno en TikTok es propenso a la sexualización, donde 10 de las 12 cuentas difundieron conductas sexualizantes. Algunos de los comportamientos observados incluyeron gestos seductores, uso de canciones con connotaciones sexuales, bailes seductores y vestimenta reveladora. Además, se destacó que tanto las cuentas de hombres como de mujeres mostraron estas conductas en cantidades similares.

El estudio también señaló el papel central que se le otorga al cuerpo en la plataforma, donde presentar un cuerpo sano y sexualmente deseable es buscado por muchos usuarios. Esto puede conducir a jerarquías basadas en el cuerpo y alimentar la gordofobia. Sin embargo, se mencionó que los jóvenes contribuyen activamente a generar una cultura de la autoestima, apoyando positivamente las imágenes, bailes y comentarios propios y de otros usuarios.

Se destacó la ambivalencia asociada a la imagen sexualizada que algunos jóvenes construyen en las redes sociales, donde se muestra como una forma de relacionarse y construir su identidad virtual. Sin embargo, también se señaló que esta imagen puede generar problemas de salud mental debido a la objetualización y moralización de las jóvenes, creando un entorno de hostilidad y amenaza

La industria de la moda y los influencers infantiles.

Al profundizar en la industria de la moda, es importante reconocer que la problemática de la sexualización de los menores no es exclusiva de las redes sociales. Antes de la explosión de las plataformas digitales, programas de televisión como el famoso reality show "Toddlers & Tiaras" ya mostraban concursos de belleza infantiles. En estos concursos, las niñas eran maquilladas, bronceadas y se les ponía cabello postizo, entre otras cosas más relacionadas claramente con la industria del beuty ¿Se podrían considerar las famosas “influencers” de hoy en día? Además, se evidenciaba la obsesión de los padres, quienes se endeudaban (en muchos casos) para invertir dinero en ropa, joyas y maquillaje con el objetivo de que sus hijas obtuvieran el primer puesto. Es preocupante que estos concursos de belleza infantiles aún existan y que no hayan experimentado cambios significativos.

Este problema nos lleva a reflexionar sobre el lugar que se asigna a la mujer en nuestra sociedad, así como sobre la falta de avances en este aspecto, también como la industria de la moda acompaña y avala esta situación, ya que influye en la creación y promoción de productos y tendencias que alimentan la sexualización de los menores, normalizado ciertos comportamientos y estereotipos que afectan el desarrollo saludable de los niños. Un claro ejemplo actual es la campaña realizada por la marca Balenciaga que causo escándalo en la sociedad ,según un artículo publicado en Infobae el 26 de noviembre de 2022, la firma de moda de lujo Balenciaga emitió una disculpa por su reciente campaña en la cual se muestran a dos niñas posando con osos de peluche que llevan arneses similares al estilo BDSM, un grupo de prácticas eróticas que incluye el Bondage, la Disciplina, la Dominación, la Sumisión, el Sadismo y el Masoquismo (Infobae, 2022). Las situaciones mencionadas me llevan a cuestionarme ¿Donde están responsabilidades éticas de la industria? ¿Cómo se podría encontrar formas de promover una moda más inclusiva, respetuosa y acorde con la protección de los derechos de los menores?

En el ejemplo mencionado, es evidente cómo algunas marcas pueden cruzar límites éticos al promover contenido inapropiado para menores. Por lo tanto, es necesario que las marcas sean conscientes de las repercusiones de sus acciones y tomen medidas para evitar la sexualización y la exposición innecesaria de los niños. Para promover una moda más inclusiva y respetuosa, es esencial que se realicen cambios a nivel estructural, como colaborar con organizaciones y expertos en el campo de los derechos de los niños y la protección infantil.

Además, es fundamental que los consumidores se informen y tomen decisiones de compra conscientes, apoyando a aquellas marcas comprometidas con prácticas éticas y respetuosas. Aquí es donde los padres y tutores de los niños influencers juegan un papel crucial. Es importante que se informen antes de firmar contratos con las marcas, que busquen asesoramiento y que protejan los derechos de los menores. La información desempeña un rol crucial, ya que es fundamental saber qué tipo de producto está promocionando el niño, qué mensaje quiere transmitir y cómo lo va a comunicar, ya que todo esto tendrá un impacto en el futuro. No es lo mismo que un niño pose con un vestido mientras juega que maquillarse y adoptar poses como si fuera una modelo de 20 años.

Para concluir, es preocupante ver cómo los niños influencers son retratados de manera cosificada ante su audiencia. Esto se ve impulsado por la industria de la moda, que trata a los niños como si fueran adultos, a pesar de que aún están en pleno proceso de desarrollo. Resulta alarmante cómo el público celebra la apariencia de estos niños sin considerar las consecuencias y la vulnerabilidad que conlleva. Es crucial promover una sociedad más inclusiva y dejar de aplaudir la apariencia de niñas de 10 años con cuerpos delgados. Necesitamos una moda que sea más inclusiva, que cuide la salud mental y respete la etapa de desarrollo de los niños. Es hora de un cambio significativo. Si los niños van a seguir exponiéndose como influencers, la industria debe acompañarlos, proteger sus derechos laborales y, sobre todo, influir de manera positiva. No se trata de elegir a los niños más hegemónicos  para promocionar productos, y mucho menos hacerlo de forma inapropiada. No es ético ver a una niña pareciendo tener 20 años en una campaña publicitaria. Es una realidad que los menores están presentes en las redes sociales, y sería beneficioso que puedan identificarse con personas de su misma edad. Es momento que la industria empiece cambiar. Los niños son el futuro y debemos cuidarlos, asegurándonos de que su autoestima no se base en los estándares hegemónicos que aún no han alcanzado porque se están desarrollando.

Marco regulatorio en la Argentina.

Es una realidad que los niños perciben su participación en la promoción de productos en plataformas de redes sociales como un juego, cuando en realidad están desempeñando un trabajo. Influenciar a otros para que compren ciertos productos a través de historias y publicaciones es una forma de publicidad, por lo tanto, aunque se diviertan haciéndolo, es efectivamente un trabajo.

Aunque el trabajo de los niños influencers no esté específicamente regulado en cuanto a legislación, existe una protección legal para ellos. Nuestro país ha ratificado varios tratados internacionales relacionados con la protección de los derechos de los niños y la prohibición del trabajo infantil como, por ejemplo:

  • La Convención sobre los Derechos del Niño: Argentina la ratificó en 1990 y en 1994 se le otorgó jerarquía constitucional. Este tratado de las Naciones Unidas establece los derechos fundamentales de todos los niños, incluyendo el derecho a la protección contra la explotación laboral.
  • Convenio núm. 182 de la Organización Internacional del Trabajo (OIT): Argentina ratificó este convenio en 2001, tiene como objetivo eliminar las peores formas de trabajo infantil, como la esclavitud, la trata de personas, la explotación sexual y el reclutamiento en conflictos armados.
  • Convenio núm. 138 de la OIT: Argentina también ratificó este convenio en 1996 establece la edad mínima para el empleo y busca garantizar que los niños no sean empleados en trabajos que puedan perjudicar su salud, seguridad o desarrollo.
  • Convenio núm. 130 de la OIT sobre la edad mínima de admisión al empleo el 23 de agosto de 1974. Al ratificar este convenio, Argentina se comprometió a adoptar medidas para tomar medidas contra el trabajo infantil, teniendo en miras su abolición y establecer una edad mínima adecuada para la admisión al empleo en el país.

Del mismo modo, hay una serie de legislación nacional para proteger a los niños y prohibir el trabajo infantil. Por ejemplo, la Ley Nacional de Protección Integral de los Derechos de las Niñas, Niños y Adolescentes (sancionada en septiembre 28 de 2005) con respecto al trabajo infantil establece medidas específicas para prevenir y erradicar el trabajo infantil, así como para garantizar el derecho a la educación y a un ambiente familiar y comunitario saludable para los niños.

Sin embargo, es alentador ver que esta situación comienza a ser reconocida en otros países, los cuales podrían servir como un ejemplo para el resto del mundo. Según un artículo de Portaltic publicado el 9 de octubre de 2020, el Parlamento francés aprobó una nueva ley para proteger a los niños 'influencers' en el país. Esta ley tiene como objetivo regular las horas de trabajo de los menores de 16 años y controlar sus beneficios. La normativa establece que los ingresos obtenidos por los 'influencers' menores de 16 años en Francia deben ser depositados en una cuenta bancaria a la cual podrán acceder cuando cumplan los 16 años. Además, las empresas que deseen contratar a estos niños deberán obtener permiso de las autoridades locales. La ley también exige a las redes sociales y plataformas de Internet que eliminen cualquier contenido solicitado por los 'influencers' menores de 16 años (Portaltic, 2020).

Si bien no hay una regulación específica en la Argentina sobre el trabajo de los niños influencers, podemos argumentar que de todas formas están protegidos por las leyes existentes, ya que su participación con las marcas, a través del conocido "canje" donde reciben productos a cambio de publicaciones, puede considerarse como trabajo. Sin embargo, es fundamental cuestionar y reflexionar sobre las consecuencias de esta situación, ya que la sociedad tiende a no reconocer esta labor y no se evalúan adecuadamente las repercusiones.

Es necesario alzar la voz y solicitar urgentemente una legislación específica que regule esta temática, a pesar de que ya existan leyes generales que los protejan. En mi opinión, el Estado debe dejar de hacer oídos sordos y tomar medidas concretas para abordar esta problemática. Se requiere una mayor presencia del Estado en los asuntos relacionados con las plataformas digitales, implementando más regulación y controles específicos. Esto no solo se trata de proteger a los niños del trabajo infantil, sino también de salvaguardar su intimidad, libertad y, sobre todo el interés superior del niño[1].

Ahondando en la temática especifica de la materia, el derecho de la moda se relaciona con la regulación de la publicidad y la promoción de productos ya que los niños influencers, al promover productos a través de sus plataformas, como mencionaba antes, están participando en actividades publicitarias. Por lo tanto, las leyes y regulaciones relacionadas con la publicidad, como la protección del consumidor y la veracidad de la información, también se aplican a ellos. Es necesario que los padres o tutores busquen asesorarse legalmente en pos de asegurarse de que los mensajes publicitarios sean claros, transparentes y no engañosos, especialmente cuando se dirigen a un público joven que suelen ser la audiencia más fácil de engañar y persuadir.  

Además, los niños influencers están trabajando al promocionar productos y marcas, y su participación en estas actividades debe cumplir con los estándares legales y éticos establecidos para garantizar su bienestar y protegerlos de la explotación, ya sea considerar aspectos como las horas de trabajo, la remuneración adecuada, el acceso a la educación y el respeto de su desarrollo físico, emocional y psicológico (protegido por los tratados internacionales). Asimismo, es importante que se presenten ante su público sin ser objeto de estereotipos o con imágenes inapropiadas.

Marco regulatorio dentro de las plataformas digitales

Es importante mencionar que de todas formas las plataformas digitales se autoregulan ya que a falta de regulación por parte de los estados estas tienen sus propias bases y condiciones que son las normas que acatan los usuarios para poder navegar por las mismas.

Hay una definición muy adecuada para comprender este término, escrita por Fernanda Santisteban (12 de julio de 2021): "Para el internet, un espacio sin límites territoriales, es complicada la tarea del establecimiento de una regulación. Por tal motivo, se ha generado la idea de la autorregulación; entendido como 'el establecimiento progresivo y consensuado de pautas de funcionamiento que se originan y aceptan por los propios usuarios y desarrolladores'; su fin es la moderación de contenidos y promover las buenas prácticas. El sistema de autorregulación de plataformas digitales se basa principalmente en códigos y políticas de buenas prácticas y conductas. Se incluyen criterios de curación y otras normas comunitarias que deben cumplir con los estándares internacionales de derechos humanos. Estos criterios deben ser claros, transparentes, comprensibles y abiertamente comunicados a todos los usuarios. Se considera que las plataformas digitales requieren, dadas sus especiales característicos, de mecanismos que coadyuven tanto a la regulación estatal y a la autorregulación para instruir organismos independientes de supervisión y control para imponer multas y otras sanciones."

La intención no es adentrarnos demasiado en las regulaciones específicas de cada plataforma digital, pero considero importante mencionar e informar para poder elegir a quiénes les brindamos nuestros datos. Es fundamental que, como consumidores, no aceptemos las bases y condiciones de cualquier plataforma sin leer previamente qué harán con nuestros datos. En el caso de los niños influencers, es esencial que los padres supervisen el tipo de contenido que publican, si cumplen o no con los contratos firmados para las marcas que publicitan y si realmente están autorizados para desempeñar ese rol en la red social donde deciden influenciar (bases y condiciones y buenas practicas).  Es una realidad que las plataformas digitales también tienen la responsabilidad de garantizar la seguridad de sus usuarios y cumplir con estándares éticos, estableciendo medidas adecuadas de moderación de contenidos y adoptando políticas claras contra la difusión de contenido perjudicial o ilegal.

Otras consideraciones

Recientemente, decidí consultarles a algunas personas conocidas sobre ciertos videos que preferiría no mencionar para preservar la privacidad de la influencer involucrada. En estos videos, se podía observar a una niña muy famosa en las redes sociales mostrando su estilo de vida, incluyendo su forma de vestir y maquillarse, lo cual parecía ser más propio de una persona adulta que de una menor de edad. Este incidente me impulsó a investigar más sobre este tema en particular. Es importante destacar que esta influencer cuenta con marcas de ropa que la respaldan para financiar su estilo de vida, así como marcas de la industria de la belleza que también están asociadas a ella.

Lo que más me preocupó fue cómo se presentaba de manera cosificada, su rostro parecía una muñeca. Aunque la cuenta es administrada por su madre, aún así, y tal vez me equivoque, siento que esta niña no tiene plena libertad para tomar sus propias decisiones. No creo que una niña de 6 años prefiera participar en eventos o vestirse de la manera en que lo hace.

Como he mencionado en varias ocasiones en este trabajo, considero que es el momento de establecer una regulación específica para proteger los derechos de estos niños. Dado que las redes sociales son relativamente nuevas y siguen creciendo día a día, desconocemos las posibles repercusiones a largo plazo. Es fundamental que la industria de la moda, una de las más grandes e influyentes del mundo, comience a cuidar a estos niños, ya que su trabajo depende en su mayoría de las marcas que respaldan su crecimiento en redes sociales. Es hora de que los niños sean libres como el resto y puedan divertirse, dejen de quemar etapas.

En relación a las preguntas realizadas a las personas de mi entorno sobre esta niña influencer de 6 años, indagué acerca de qué pensamientos les venían a la mente al verla y cómo creían que el derecho debería intervenir en estos asuntos. Las respuestas que obtuve fueron interesantes y deseo compartirlas en este trabajo para generar reflexiones sobre posibles herramientas regulatorias en esta situación.

Es importante considerar qué acciones concretas debería tomar la industria para frenar los estándares de belleza en los niños, así como también reflexionar sobre el papel de la sociedad, que es fundamental, en la erradicación de estas conductas. Si continuamos consumiendo el contenido que nos venden estos niños influencers, es probable que experimentemos un impacto negativo en el futuro y sigamos alimentando a una industria de la moda que ya ocupa un lugar predominante en nuestras vidas.

Conclusión

Para concluir es crucial considerar si los menores son conscientes de los peligros de Internet, cómo esta exposición puede impactar en su niñez y en su pérdida de la intimidad. Es importante cuestionar la normalización de los niños influencers y su exposición en las redes sociales, ya que esta práctica es relativamente nueva y sus consecuencias a largo plazo aún no son completamente conocidas.

Como sociedad, debemos reflexionar sobre cómo consumimos este tipo de contenido, ya que, si continuamos haciéndolo, es probable que la exposición de los niños se intensifique y sea difícil de detener en el futuro.

Asimismo, las marcas deben ser responsables, los consumidores deben tomar decisiones informadas y los padres/tutores deben velar por el cuidado y protección de los niños influencers.

Además, es importante fomentar una educación adecuada referida a las plataformas digitales para los niños influencers y sus responsables legales, también es deber que las marcas y las agencias que trabajan para ellos asuman su responsabilidad en la protección de los derechos de los menores evitando la explotación, la sexualización y cualquier tipo de contenido inapropiado. Del mismo modo, es necesario fomentar un diálogo abierto y continuo entre los Estados con el fin de regular dicha situación.

 

Referencias bibliográficas.

https://www.youtube.com/watch?v=-MgnDi3XxSQ

https://www.airedesantafe.com.ar/ocio/asi-es-como-funciona-la-retorcida-industria-que-lucra-ninos-influencers-n92199

https://www.infobae.com/america/entretenimiento/2022/11/26/escandalo-por-una-campana-de-balenciaga-con-ninos-y-elementos-sadomasoquistas/

https://www.eluniversal.com.co/suplementos/facetas/por-que-los-jovenes-de-hoy-quieren-ser-youtubers-FE1341034

https://www.plataformadeinfancia.org/derechos-de-infancia/convencion-derechos-del-nino/convencion-sobre-los-derechos-del-nino-texto-oficial/

https://www.argentina.gob.ar/trabajo/trabajoinfantil/convenios#:~:text=El%20Convenio%20182%20de%20la,adolescentes%20menores%20de%2018%20a%C3%B1os.

http://www.jus.gob.ar/media/3108870/ley_26061_proteccion_de_ni_os.pdf

https://theconversation.com/menores-en-las-redes-sociales-sexualizacion-o-empoderamiento-sexual-197814

https://zarateabogados.com/2021/07/12/la-autorregulacion-de-las-plataformas-y-usuarios-como-alternativa-a-la-regulacion-gubernamental/

https://elhabanero.news/kynlee-heiman-nina-abs-envidiables/

[1] La Ley 26.061 establece, en su art. 3, qué ha de entenderse por el "Interés Superior del Niño, Niña y Adolescente", especificando entonces lo siguiente: ": la máxima satisfacción, integral y simultánea de los derechos y garantías reconocidos en esta ley", debiéndose respetar lo que se detalla a continuación: a. Su condición de sujeto de derecho; b. El derecho de las niñas, niños y adolescentes a ser oídos y que su opinión sea tenida en cuenta; c. El respeto al pleno desarrollo personal de sus derechos en su medio familiar, social y cultural; d. Su edad, grado de madurez, capacidad de discernimiento y demás condiciones personales; e. El equilibrio entre los derechos y garantías de las niñas, niños y adolescentes y las exigencias del bien común; f. Su centro de vida. Se entiende por "centro de vida" el lugar donde las niñas, niños y adolescentes hubiesen transcurrido en condiciones legítimas la mayor parte de su existencia

Por Milagros Rodriguez Alemparte

Te puede interesar
Cerrar X